miércoles, 27 de agosto de 2008

Se acabo lo que se daba

Ya que estamos llegando al final del verano me ha dado por pasarme por aquí a ver si alguien se aburría tanto como para haber publicado algo en verano y me decidido a meter algo de música ahora que tengo un rato para desperdiciar delante de la pantalla. Siguiendo el ejemplo de nuestro querido Julian [XD] voy a comentar algo sobre cada canción (de abajo a arriba):



  • This is the last time, Keane:

Pese a que no suelo escuchar canciones en inglés, esta es una de las pocas que me gustan. Aunque tampoco es que sea mi canción favorita, simplemente la canción está bien y el grupo también tiene un pase.



  • Strange Fruit:

Me encanta esta canción, sí ^^. Recuerdo que la primera vez que la escuché me la pasó Charly (más conocido en el insti como "Carlos Metallica") por el Messenger, de eso hace ya mínimo un par de añitos, y me gustó mucho la canción. Tiempo después me formatearon el ordena y la perdí, intenté bajármela con Emule pero era misión imposible (creo que la he tenido más de un año bajándose sin resultado LoL) y hoy, por fin, la vuelvo a escuchar. Aunque no es esta la versión que a mi gusta pero... no se puede pedir todo.



  • Deltoya, Extremoduro:

Deltoyaaaaaaa!!(8) Extremo es uno de los grupos que más me gustan y esta canción un clásico del disco llamado igual que le grupo público en el 92. La descubrí al leer Probando el Hardcore: "Javi ha puesto Extremoduro y los tres cantamos en voz alta la canción de Deltoya.", y desde entonces se ha convertido en un himno para Ana y para mi cuando vamos en el bus o algo de eso xD

Frase preferida: Y yo me quedo en casa, no necesito tenerte cerca cuando vomito.
  • A fuego, Extremoduro:
Hace unos años que escucho esta canción.. desde que Yaiza me la paso. Me trae buenos recuerdos y me gusta escucharla pero de tanto en tanto, porque ya me empaché de ella LoL

Frase preferida: Cuando ya no puedo más saco para respirar, un ratito el corazón que lo tengo en carne viva.
  • La marea, Vetusta Morla:
Está bien, pero no es de las que más me gustan de este grupo "diferente" en todos los aspecto y que me encanta desde hace tiempo.

Frase preferida: La marea me dejo unas conchas sin nombre con que el niño hacía un collar de un alfabeto que no entiende el hombre.
  • Copenhague, Vetusta Morla:
Otra de Vetusta Morla... me gusta más que la anterior.

Frase preferida: Ella duerme tras el vendaval, se quitó la ropa. Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad.

  • Salvese quien pueda, Vetusta Morla:
Esta es la mía, la mejor canción, a mi parecer. Me paso el rato escuchándola.

Frase preferida: Puede ser haga de la rabia mi flor y con ella mi bandera.

  • Por amor al arte, Ivan Guevara:
Siendo sincera, no tengo ni puta de idea de quién es el tal "Ivan Guevara", sólo sé que hoy por hoy esta canción está por encima de cualquiera que pueda escuchar. Me la pasó María el día que la conocí y siempre que la escucho me recuerda a Juliette...

Frase preferida: Y tu no sabías que aunque nacieras princesa, no querías un romeo esperabas a Julieta.


C'est fini.. joder, me ha costado... LOL




Un beso a todos (K)



Por cierto: FELIZ CUMPLE Julian!! (cuántos caen ya, abuelo?? jaja)





Sam'm[antha]

lunes, 11 de febrero de 2008

Monólogo

Hace poco, buscando videos interesantes, encontré en Youtube a una chica que le preguntaba al mundo qué siente al conectarse a Internet, cuál es su relación con este medio... Y yo he querido contestar a su prgeunta.

Hay mucha gente uqe opina que internet es un metodo frío, impersonal y poco intimo de comunicarse. Es cierto que al hablar con alguien por Messenger, chat o foro, falta el contecto físico; no puedes abrazar, acariciar o besar a la persona que se encuentra al otro lado pero, precisamente por esto, creo que tiene mucho más mérito el que te provoque todo tipo de sentimientos sirviendose sólo de una pantaya y una torre.

Me paro a pensarlo y me digo cómo algo tan supuestamente frío puede hacer, en ocasiones, que te sientas tan bien, que rías, que llores, que te enfades, te emociones, perdones y seas perdonado...

Conozco personas que hasta han encontrado a la persona con quién compartirlo todo a través de Internet, por una simple casualidad.

Yo misma me sorprendo a veces de todo lo que me ha dado Internet. Gracias al Messenger empecé a hablar con la mayoría de las personas que ahora aprecio (Miguel, Patricia, Jaime, Yaiza, Carlos, Sonia...) y sin las que, en estos momentos, no sería capaz de concebir la vida; gracias al Fotolog siento una extraña pero plena libertad cada vez que escribo algo y lo cuelgo en un espacio que sé que puede leer cualquier persona en cualquier rincón del mundo; gracias al altiguo Myespace una sonrisa se dibuja en mi cara al ver las fotos y las entradas publicadas hace un par de años y darme cuenta de la evolución de las cosas, de cómo vamos cambiando; gracias al correo electrónico y a blogger puedo hacer por ordenador los deberes de lengua y literatura; gracias a Internet soy cómo soy y me rodea quién me rodea hoy no sería capaz de imaginarme sin conexión a Internet todos.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Tres días, tres días bastaron.

Era verano y por esas fechas, como todos los años, Miriam estaba en el pueblo, con sus padres. Allí no había nada entretenido, no había internet, no había gente interesante, no había ordenador, no había teléfono... nada, nada de nada; aquello era lo peor de todas las vacaciones, ella lo pasaba realmente mal porque encima sus padres se pasaban los días incordiándola e intentando buscar chicas de su edad (que, todo hay que decirlo, eran infantiles, insoportables y presumidas) para que saliera con ellas.
Después de algunas noches poniendo escusas para quedarse en casa hablando por el móvil Miriam decidió darles una oportunidad a aquellas chicas y salir a dar una vuelta. Como ella ya había supuesto, la noche fue aburrida como nunca, no encajaba con aquellas chicas. Así que, viendo el panorama, decidió volver antes de lo previsto a su casa y quedarse sentada en el umbral de la puerta hablando por el móvil con su amigo de Murcia.
Mientras se paseaba con el teléfono pegado a ala oreja, vio a una chica sentada en la puerta de su vecino de enfrente, cosa que le extrañó porque no esperaba encontrar a ninguna chica de su edad allí. Al momento, cuando la descocida vio a Miriam, le pregunto que si había algún sitio por donde salir en aquel pueblo. Miriam colgó el móvil para contestar a la chica que no, que aquel pueblo era un completo aburrimiento y que si querían diversión se habían confundido de lugar.
La desconocida, que resulto llamarse Soraya, invito a Miriam a sentarse a su lado. Después de un largo rato hablando, ésta se enteró de que Soraya estaba acompañada de otra amiga, Samara, de que las dos eran gaditanas y habían ido a aquel pueblo a encontrarse con otras dos chicas de Madrid. Después de la conversación, Soraya y Samara le dijeron que salía un rato a tomar algo con ellas, Miriam no lo pensó dos veces, se puso sus Converse y salió corriendo antes de que sus padres pudieran decirle nada.
La noche fue tranquila, en un principio Miriam hablaba más con Soraya, parecía que su amiga era un poco más tímida y ella no se atrevió a decirle mucho; pero a medida que iba pasando el tiempo, Soraya, con el aire andaluz y simpático que la caracterizaba, se iba acercando a otra gente que había por el pub, así que a Samara y a Miriam no les quedó otra que ponerse a hablar entre ellas. Hablando y hablando iba pasando el rato, Samara le contó que las chicas que esperaran no eran sus amigas, sino sus novias; que eran de Vallecas. Le estuvo contando también que tenía problemas con su novia, que la cosa no iba bien. Miriam le habló de su propia experiencia con un chico e intentó ayudarle a aclararse. Cuando ya se hizo tarde las tres chicas volvieron a casa. Miriam estaba muy contenta por haber conocido a alguien nuevo y haber congeniado tan bien.
Al día siguiente Miriam no vio a las dos chicas hasta bien entrada la tarde. Se fueron las tres al bar de la piscina a tomar algo. Allí hubo un momento en el que Samara se fue a hablar con alguien y las otras dos se quedaron a solas. Mientras hablaban y de repente, Soraya le pregunto a Miriam si no le gustaba ninguna chica del pueblo, a lo que Miriam respondió que no. Pero la chica volvió a insistir:
- ¿Tampoco te gusta mi amiga?- dijo -.
-Tiene novia- respondió Miriam descolocada -.
Después de esto Miriam volvió a casa un tanto desconcertada, pero no le dio mucha importancia.
Por la noche volvieron a verse, pero esta vez se quedaron en casa del vecino de Miriam, donde se alojaban las dos gaditanas. Soraya, por lo que se ve, harta de que su amiga le insistiera, cogió y se llevo a Miriam para decirle que le gustaba a su amiga, a Samara. Miriam se quedó sorprendida, no se lo esperaba, y solo supo contestarle que Samara tenía novia. Soraya le dijo que eso daba igual, porque su novia no se iba a enterar y que, si a ella le gustaba Samara, no hacían ningún daño estando juntas un par de días. Miriam, aunque no se fiaba demasiado, decidió jurársela y aceptar la propuesta.
Samara estaba muerta de vergüenza, se le veía en la cara, así que fue Miriam la que le dio el primer beso. No fue un beso maravilloso, más bien torpe y algo cortado, se notaba que la situación no acompañaba. Tras unos minutos, Miriam se fue a casa muerta de vergüenza y prometiendo que se verían al día siguiente. No pudo dormir casi, paso la noche pensando en qué estaba haciendo, ella nunca había estado con otra chica, no sabía cómo era y le daba mucha vergüenza; se arrepintió de lo que había hecho hasta más no poder, peor era demasiado tarde.
Cuando llegó el nuevo día Miriam volvió a casa de las chicas, acongojada y llena de dudas, pero volvió. Los ojos de Samara se iluminaron al verla, se veía que estaba deseando de que llegase.
Al principio las dos estuvieron cortadas, pero cuando empezaron a coger confianza todo fue sobre ruedas. Iban por la calle agarradas de la mano y parecían más que un royo de verano, una pareja de verdad. Empezaron a cogerse cariño, a compartir momentos inolvidables, besos, caricias, palabras, abrazos... Sus sentimientos iban creciendo por momentos, aunque las dos sabían que eso no iba a durar más que tres días, no iba a durar más que hasta el miércoles, el miércoles todo se acabaría. Por eso, al mismo tiempo que crecía su cariño, su amor, crecía también el miedo a quererse demasiado.
La última noche aprovecharon hasta el más insignificante segundo para estar juntas, tanto que los padres de Miriam salieron a buscarla en coche por todo el pueblo, era tardísimo y su hija todavía no había vuelto. Cuando la vieron la bronca fue monumental, discusión, gritos, pelea, pelea, más pelea y lo peor de todo, estas castigada, no vas a volver a ver a esa chica. Sus padres se imaginaron algo y, por lo visto, no les hizo ninguna gracia que su hija se paseara de la mano con una chica por el pueblo. Miriam se sentía impotente, no sabía qué hacer para despedirse al día siguiente de Samara, necesitaba verla, aunque fuese un momento, solo un momento. Les rogó a sus padres por todos los medios, hizo todo lo posible, pero no había forma. Lo único que podía hacer era mirar por la rendija de la puerta a ver si la veía asomarse.
Al final, tanto insistió que consiguió ablandar el corazón de su madre contándole la verdad, contandole que le gustaba esa chica. Tuvo permiso para ir a despedirse, pero no podía entretenerse mucho tiempo, aunque era suficiente, era mejor que nada.
Miriam se acercó a casa de Samara para darle el último abrazo, seguramente no volverían a verse nunca más y, aunque ninguna de las dos quería hacerse a la idea, las dos lo sabían. Después de que Miriam abandonara el pueblo, iba a ser bastante difícil encontrarse de nuevo, Madrid y Cádiz están demasiado lejos.
Eran sus últimos minutos, su último beso, su último abrazo, su última caricia, todo era lo último.
En la despedida tan sólo hubo una cosa nueva, dos palabras que antes no habían salido de sus labios, entre lágrimas, se dijeron su primer "te quiero".
























Redacción hecha, espero que todavía la veas =S










"Todos los jueves iré a verte, porque si me muero un viernes te habré visto el jueves y si me muero un lunes, te habré visto un jueves..."









aTt: Sam'm

Una tarde de otoño

Nos encontrábamos, una fría tarde de otoño, Alba y yo solas en su casa del pueblo, pues sus padres habían salido a dar un paseo por los alrededores. Ella y yo preferimos quedarnos charlando al calor de la lumbre recién encendida.
Estuvimos hablando y hablando durante un buen rato que a nosotras nos pareció un suspiro. Cuando, por fin, ya cansadas, dejamos que el silencio invadiera la habitación de la casa en que estábamos sentadas me percate de que un ruido leve y discontinuo, pero indudablemente existente, llegaba hasta mis oídos. Alba, como si acabase de leer mis pensamientos, me miró y se dio la vuelta rápidamente hacia la puerta que se hallaba cerrada a nuestras espaldas.
Con cierta inquietud nos levantamos y nos acercamos lentamente y cada vez más pegadas la una a la otra hacia la salida; al atravesarla, no se veía nada fuera de lo común, pero el ruido se escuchaba aún y, cuanto más nos acercábamos a la entrada de la cocina, más fuerte y claro era.
Antes de llegar a la puerta de la cocina, que, evidentemente, era el foco del inquietante ruido que rompía nuestro silencio, mi amiga y yo decidimos armarnos con un martillo y una barra de metal que era lo que había más a mano, por lo que pudiera pasar.
Sigilosamente nos fuimos desplazando hasta la entrada, cada vez estábamos más cerca y el miedo a encontrarnos algo raro se estaba apoderando de nosotras, sugestionándonos y haciendo que imaginásemos cosas inexistentes.
Al llegar definitivamente a ella, enarbolando bien nuestra única defensa y sin pensarlo dos veces, abrimos de un golpe seco aquella puerta.
Nuestras alteradas pulsaciones y la fuerte sensación de miedo desaparecieron en un instante al ver que lo que había provocado el ruido no era, ni mucho menos, un Jack el Destripador o un Hannibal Lecter, sino un pequeño gato callejero que rondaba la cocina en busca de algo de comida.
Sam'm

domingo, 18 de noviembre de 2007

La máquina...

Cuando llegué a casa, después de una larga jornada lectiva, mis padres ya se habían ido a trabajar y allí no había nadie. Aprovechando esto me tumbé en el sofá a descansar un poco, estaba que me caía por las esquinas. Me dormí durante un momento, pero enseguida me desperté. Como no me apetecía volver a dormirme decidí ir a preparar algo de comer, al pasar por la entrada de mi casa tropecé con un enorme paquete que se encontraba en frente de la puerta, como de costumbre la curiosidad se apoderó de mí y fui directa a abrirlo, aun habiendo visto que no era mi nombre el que aparecía en el apartado de “destinatario” sino el de mi vecino de al lado. Empecé a desembalar cuidadosamente el paquete con idea de volver a colocarlo todo como me lo había encontrado al saber qué había dentro. Para mi sorpresa, lo que contenía aquella caja no era ni la mitad de grande que lo que había imaginado; su tamaño, para que te hagas una idea, era algo así como dos manos mías; el resto de hueco que lo ocupaba el corcho protector.
El aparato en si (porque era una especie de aparato) estaba compuesto por una pequeña cúpula de cristal en lo alto y una base redonda de plástico en la que había una pequeña pantalla, un teclado alfabético debajo de ésta última, un botón de “START/ON” y otro de “CANCEL/OFF”. La caja también contenía un libro de instrucciones y un cargador para enchufar a la luz.
Nada más ver que había unas instrucciones las cogí y me dispuse a leerlas. Mi perplejidad aumentó considerablemente cuando empecé a entender (que no a asimilar) lo que era aquel artilugio que tenía en mis manos. Según decían las instrucciones aquella máquina era capaz de conceder al que lo deseara la cualidad que eligiese, física o psicológica, y que permanecería en él para toda la vida. Mi estupefacción era tal que decidí comprobar si se trataba de una broma antes de terminar de leer las instrucciones.
El funcionamiento era sencillo, lo primero era pulsar el botón de “encendido”, después determinar mediante el teclado cuál era la cualidad que se quería obtener y apretar la tecla de “START” (o “CANCEL” en caso de equivocación o arrepentimiento).
Así lo hice, nada mas encender el aparato y sin pensarlo dos veces escribí la palabra “agilidad”, pedí precisamente esta cualidad porque desde pequeña he sido un poco “pato” y quería aprobar a toda costa el examen de gimnástica sin tener que destrozarme la espalda. Al terminar de ponerlo pose el dedo sobre el botón de “START” y, después de pensármelo unos segundos, apreté. Ipso facto mis ojos se clavaron fijamente en la pequeña esfera de cristal donde ocurría una extraña “reacción” (por llamarlo de alguna forma) que en unos segundos se convirtió en una especie de cápsula de color azul celeste. De inmediato la esfera de cristal se abrió dejando al descubierto la cápsula; como no tenía ni idea de qué hacer con ella, cogí las instrucciones. Éstas solo decían que había que tragarse la cápsula con ayuda de un vaso de agua y esperar quince minutos para que hiciera efecto. Un poco desconfiada, pero sin poder resistirme, tomé el comprimido. Cuando ya empezaba a sospechar que todo había sido un timo empecé a notar cómo e revolvía mi estomago y me entraban unas fuertes ganas de devolver. Aunque me encontraba realmente mal aguanté hasta que se pasaron los quince minutos más largos y desagradables de mi vida.
En cuanto el periodo de espera acabó cesó también el malestar. No tarde nada en comprobar si había surtido efecto. Me puse a realizar multitud de ejercicios de elasticidad con los que antes ni siquiera habría soñado y, para mi asombro, era totalmente capaz de hacerlos a la perfección.
Después de ver que la maquina funcionaba pensé que podría usarla para obtener todo tipo de cualidades que beneficiaran en multitud de ocasiones. Y así decidí utilizar el aparato por segunda vez. Seguí exactamente los mismos pasos, con la diferencia de que esta vez la cualidad a pedir era mental, quería ser más amable con todos los que me rodean. La pastilla que apareció esta vez era de color naranja, me la tomé y todo transcurrió con normalidad, como antes me encontré un poco indispuesta pero se pasó en quince minutos. Como esta vez no tenía forma de comprobar si era o no más amable me puse a guardar el aparato antes de que regresaran mis padres. Mientras estaba colocándolo noté que algo extraño me pasaba en la cabeza así que fui rápidamente al baño para ver qué era. Cuando me miré al espejo no me lo podía creer (aún hoy no me lo puedo creer), mi pelo estaba cambiando, se estaba encrespando y su color era ahora mucho más oscuro, mis peores pesadillas se estaban haciendo realidad, no podía ser, yo intentaba pararlo peinándolo, mojándolo; pero no había medio, ya, sin fuerzas para nada y con lágrimas en los ojos, desistí y me limité a contemplar como mi bonito pelo se había vuelto horrible. La desolación y el desconcierto del primer momento se convirtieron en rabia y enfado. Fui directa a las instrucciones de la máquina para ver si había algún teléfono o dirección a donde acudir, peor en vez de eso me encontré algo mucho peor, algo que no había visto antes; al final del librito había un apartado de contraindicaciones donde explicaba que por cada cualidad física que la máquina te proporcionara te arrebataba otra psicológica de tu propia cosecha y por cada una psicológica te quitaba otra física. Después de leer esto me maldije mil veces por haber sido tan estúpida de no leer las cosas hasta el final, pues lo peor de todo no era que me hubiese ocurrido eso sino que, además, por lo que decía el libro NO TENÍA SOLUCIÓN.
En el momento y nada más leer esas palabras, de golpe y con el corazón a cien, desperté para comprobar que...todo había sido una horrible pesadilla, que mi pelo seguía tan liso como siempre y que mi agilidad era nula otra vez =D.









Ya está u_U Por fin... (¡¡solo me faltan 2!!) xD


un saluDo a todos =D






AtT: Sam'm

jueves, 25 de octubre de 2007

¡Buenas noches señoras y señores!

A estas horas, que estoy aquí intentando inventarme algo sobre Daniel (va a ser difícil) espero que todos vosotros estéis durmiendo. =)


No sé cómo va a salir, pero lo voy ha intentar:



Corría el año 1998 cuando conocí a Daniel, él era de los primeros de la lista y algo así como el "empollón" de la clase de 1º A. La primera vez que le vi parecía un chico más o menos tímido, cortadillo, bastante inocentón. Pero de este momento hace ya 9 años, que se dice pronto, y Daniel ha cambiado mucho desde entonces. Ahora de lo que menos tiene cara es de ser un empollón (porque no lo es), él prefiere dedicar sus tardes, como cualquier chico, a la “playstation”, al ordenador, a leer manga (es un autentico otaku) o a ver películas; que ha estudiar. A menos que lo que haya que estudiar sea tecnología, pues esa asignatura le encanta; desde pequeño ha tenido claro que quería estudiar ingeniería técnica de telecomunicación especializada en telemática; por esta razón este 4º curso ha elegido el itinerario de física y química y tecnología.

Al margen de esto, a Daniel, también le gusta salir con sus amigos por ahí los fines de semana cuando no está con su novia, de la que esta perdidamente enamorado y a la que siempre llena de agasajos delante de los demás. Debido a que su novia vive allí, él se pasa la mayor parte de su tiempo libre en un pueblo de Toledo; si no consigue que sus padres le lleven se coge un autobús y en una hora se planta allí.

Dos de las cosas que más enfadan a Dani son tener que levantarse pronto por las mañanas y que sus padres se metan en su habitación y violen su intimidad. Ante lo primero no puede hacer nada, porque no tiene a nadie sobre quien cargar las culpas, pero lo segundo, lo segundo le cabrea muchísimo, tiemblan los cimientos de su casa cuando a su pobre madre se le ocurre entrar a poner orden en el cuarto de Daniel. Esto no le gusta nada, a parte de porque no le hace ninguna gracia que la gente se entrometa en sus cosas (en todos los sentidos), porque cuando intenta encontrar algo en su recientemente ordenada habitación le es prácticamente imposible y esto le resulta muy frustrante.

Como dije al principio, Daniel ha cambiado mucho desde que nos conocimos pero lo que nunca cambiará es la mirada inocente que vestía cuando le vi por primera vez, mirada que aún contemplo cada día.

viernes, 19 de octubre de 2007

Pornografía barata



¡Buenas noches!

Ya me he cansado de estudiar y antes de irme a dormir he decidido actualizar esto y, de paso, hacerle un poco de publicidad a Alex, el profesor de teatro (que para mi es más un colega que un profesor xD).

Pornografía barata es la obra que representarán los próximos días 21 y 28 de Octubre a las 20:00 en COSTELLO CLUB (c/Caballero de Gracia, 10. Metro Gran Via)

Como bien ha dicho Alex, "Pornografía barata es una especie de catarsis sentimental a partir de retales de historias pasadas o actuales que a todos nos ha deparado el amor. Es soledad, es solidaridad, es pasión, es miedo… pero ante todo, es amor. Sumérjase en nuestro mundo casi onírico compuesto de velas y rosas y abandónese al difícil terreno del amor."

Casi se me olvida, la entrada vale 8 € con consumición, OJO, ¡¡con CONSUMICIÓN!!

Para más información--> http://www.cotelloclub.com

Si alguien quiere ir ya sabeis, estoy segura de que valdrá la pena.

YO VOY ^^

Dicho esto, me voy a la cama que mañana va a ser un día movidito entre los dos examenes y la tarde en MDR manga.

Por cierto, Jualian, espero que no te moleste la publicidad en el blog de lengua xD.

¡Hasta mañana!

Un saludo.

atT: Sam'm

martes, 16 de octubre de 2007

Presentación

¡Buenas noches!

Aquí comienza mi blog ^^

Aunque todos me conocéis, me presento (por orden de Julián).
Me llamo Alicia Díaz Sánchez, pero me podéis llamar Sam'm (ja, ja, ja), tengo 15 años cumplidos el 9 de Mayo y me encanta hacer redacciones por Internet, es una muy buena idea, se nota que tenemos un profesor moderno.


Bueno, tengo que contar algo de mi ¿no?

Soy una persona un tanto desordenada (los que han entrado en mi cuarto lo saben) y caótica hasta mentalmente hablando; me encanta leer, los últimos libros que he leído son "El diario de Ana Frank" y "Veronika decide morir", ahora estoy leyendo una colección manga llamada "Death Note" (que se la recomiendo a todo el mundo porque, si me permites decirlo, es la ostia, profe); me encanta salir con mis amig@s, como a todos y dedico mucho tiempo a ello, tal vez demasiado; otra parte de mi tiempo la empleo en hacer deberes, estudiar, etc. aunque, siendo sincera, debería estar más tiempo estudiando (oh, esto me está haciendo recordar el examen de lengua =S espero que tardes mucho en corregirlo, porque me salió realmente mal); el tiempo que me sobra (que no es mucho) lo gastó en hablar por teléfono como una loca, frikear, escuchar música (me agradan más o menos todos los estilos de música a excepción del bakalao y el gitaneo... que no me gustan NADA) y, como no, conectarme a Internet.
Cuando enciendo el ordenador los pasos son los mismos todos lo días:
Me meto en mi cuenta de usuario, como lo tengo puesto para que automáticamente se conecte a Internet y al Messenger tan solo tengo que esperar a que este todo a punto, en ese momento empiezo a hablar con la gente (si hay alguien interesante), abro dos ventanas de Internet Explorer, en una me voy a mi Fotolog y después empiezo a leer las actualizaiones de mis f/f. En la otra ventana me voy al BiteFight, un juego on-line de hombres lobo vs. vampiros y pongo a mi vampiro a cazar, hago lo mismo con otro vampiro (tengo dos). Después de esto, si me apetece y tengo una foto bonita, me voy a actualizar el Fotolog.


Pero esto ha cambiado desde ayer que me hice este blog, a partir de ahora abriré tres ventanas en vez de dos, una de ellas sera para meterme en blogger.




Un saludo a todos =D




AtT: Sam'm